Samantha "Sam" Carter

A Sam se la puede describir con tres palabras: directa, sencilla y sincera. Cuando una persona nombre la sinceridad, le puede venir a la mente Sam. Se caracteriza por decir las cosas claras, sin rodeos. Esta característica le ha traído bastantes problemas tanto en la escuela como en la familia. La sinceridad en exceso, a veces, puede ser mala y suele molestar a los demás.

Normalmente es una rebelde sin causa, adora traspasar los límites. Adora los deportes extremos y todo lo que signifique quemar adrenalina. Es despreocupada y a causa de esto, su tía no para de acosarla por teléfono, busca, y todos los medios de comunicación posibles. Pero en el fondo, le encanta que su tía se preocupe tanto por ella.

Siempre divertida y alegre, tiene una sonrisa en el rostro. La mayoría de veces es una sonrisa burlona, y las demás una sonrisa de alegría. Falsa alegría. Nunca se muestra a ella tal y como es, no quiere sentirse débil delante de las demás personas. La muerte de sus padres fue algo que la marcó, a partir de aquel día, la futura Samantha cambió. Ella se pensaba que sería una mujer parecida a su madre, pero no. Había perdido su modelo de vida.

No cree en el amor verdadero. Es ese sentimiento que no ha experimentado nunca y que no necesita conocer. Comprende el amor fraternal: de padres/tíos a hijos/sobrinos... pero no el amor ciego entre personas. No conoce el contacto íntimo entre personas. Su faceta dura hace la impresión de que ha perdido su virginidad, pero no es así; y nunca lo reconocerá.

Aunque no lo parezca, es una feminista empedernida. Le gusta tener el control de las cosas, de sus acciones y de las de su alrededor. No soporta los comentarios sexistas, y sobretodo si van dirigidos a chicas que no contestan. Defensora de los animales y de los derechos en general, cree que todas las personas son iguales, da igual si son blancas, negras o de cualquier tribu o religión, a excepción del Ku Klux Klan, a quien considera locos.

Ahora en Suiza, es una persona cortante, no quiere estar en Sainte Anne. Se lleva especialmente mal con Sarah Hollosh, la científica que ha llevado su caso desde que descubrió sus poderes. Contestona y rebelde, marca los límites de lo bueno, lo malo y lo divertida de una manera extrema.